Páginas

domingo, 10 de agosto de 2008

VOS POR ALLÍ, YO POR ALLÁ

.
REFLECCIONES SOBRE LA VIDA EN PAREJA
.
.En una bolsa, alguien se ha encargado de legarnos lindas frases como, “mi media naranja”, “mi alma gemela”, “son el uno para el otro”; y en otra “el buey lerdo bien se lame”, “mas vale solo que mal acompañado”, y tantas más.
.
Quiero pensar que este tipo de convenios lingüísticos son producto de las buenas o malas experiencias personales que algunas personas creativas tuvieron, en algún momento de nuestra historia reciente. Pero partiendo de estas dos teorías encontradas, se me antoja preguntar; la realidad del ser humano, ¿se alía realmente más a una que a otra? ¿Cuál es la tendencia? ¿Hay una cierta y otra errada, o hay matices? ¿Somos seres biológica y espiritualmente diseñados para la vida de a dos, o venimos solos al mundo y así deberíamos de transitar nuestra existencia? ¿Necesitamos realmente buscar nuestra otra mitad en un igual para poder realizarnos como personas, reconociendo por añadidura que somos seres incompletos, o esto es así por un convenio social que algún occidental bastante más vivo que cualquiera de nosotros sembró en algún momento, como forma de mantener ordenado el rebaño y lograr así un mejor control del mismo?
.
Me pregunto ésta y algunas otras cuestiones porque la práctica parece estarnos demostrando en todo momento que el maravilloso y cálido cuento de hadas de la familia, la persona ideal, el amor verdadero, el “contigo pan y cebolla” y todo eso, es absolutamente inviable; o al menos poco probable. No cuento con estadísticas concretas al respecto, pero no hay que ser demasiado observador para saber, o al menos intuir algunos hechos, como que la gran mayoría de los matrimonios que engloban a la generación de mis padres (tengo 34 años), hace rato que están disueltos. No así los de la generación de mis abuelos pero, ¿por qué no? ¿Fue feliz todo el camino que recorrieron juntos, o solo lo hicieron porque en ese entonces la sociedad te metía en un brete del cual no se podía escapar? Y si lo hacías, quedabas condenado a llevar sobre la piel una marca a fuego que te ponía la sociedad por medio de sus instituciones, que te hacía ser visto por los demás como un fracasado. O algo peor, en caso de que tuvieras la mala suerte de ser mujer.
.
O sino miremos a nuestro alrededor y escudriñemos un poco la vida de nuestros amigos y amigas. Díganme si no son cada vez más comunes frases como, “sí, estuvimos saliendo un tiempo pero ya fue”, o “salimos algunas veces pero nada”. Los más intrépidos nos dirán, “estuvimos viviendo juntos un tiempo pero no funcionó”. Seguimos luego repasando nuestra lista de amigos y veremos que un gran porcentaje de nuestras amigas mujeres están solas y se quejan continuamente de la falta de hombres. “Los que no son viejos, son trolos y los que quedan están casados”, dicen con una convicción absoluta. Lo de que haya mucha gente anciana es una realidad de la sociedad uruguaya; lo de que haya un gran número de hombres homosexuales no es un tema exclusivo de nuestro país, pero también parece ser una realidad de nuestra sociedad actual. Y lo de que el resto está casado, no sé. Pero sigamos este razonamiento deductivo. Si hay muchos hombres viejos, también debería haber un número similar de mujeres viejas, ¿o ellas no envejecen? Por otro lado, ¿es mayor el número de hombres homosexuales que el de mujeres? Porque en caso de estar parejos, esto también volvería las aguas a su cause, ya que habría menos mujeres buscando hombres. Y con respecto a los hombres casados –y acá involucro también a los que están en unión libre- si los ponemos dentro del esquema de deserción matrimonial del que hablamos al principio, seguramente lo estarán por poco tiempo. Así que las mujeres interesadas no tiene más que estar atentas.
.
Pero volviendo al tema que nos atañe, me vuelvo a preguntar, ¿Por qué duran tan poco los intentos de llevar una vida junto a otra persona? ¿Será cierto eso que dicen nuestras abuelas que los jóvenes de hoy en día no estamos dispuestos a soportar nada en pos de formar una familia? ¿Y a qué se debe esta falta de disposición? ¿Será que el hecho de formar una familia ya no es un buen estímulo por el que valga la pena sortear algunos escollos? ¿Será acaso que las instituciones sociales ya no nos presionan tanto para que mantengamos contratos a término con otra persona y simplemente hacemos lo que sentimos? Y lo que sentimos no parece ser otra cosa que, o estar solos o estar cortos períodos de tiempo con cada persona. Esto confirmaría la hipótesis de que el hombre es un animal solitario.
.
Pero así y todo, gran parte de las personas –sobre todo mujeres- con las que he podidos intercambiar conceptos sobre estos temas, parecen estar esperando, e incluso buscando al hombre ideal. Entonces, ¿en qué quedamos? ¿Están buscando al hombre ideal pero solo para un rato? ¿O es que no hay hombres ideales? ¿O será que los hombres nos mantenemos ideales por poco tiempo, y que luego de éste volvemos a ser simples mortales y ahí es cuando se rompe el hechizo y se va todo a la mierda? ¿O será que tanto hombres como mujeres hemos elevado tanto nuestro concepto de “ideal”, que ninguna persona llega nunca a cumplir los requisitos?
Si es cierto –como dicen ellas- que hay pocos hombres disponibles, la lógica indica que deberían bajar su nivel de exigencia en pos de conseguir pareja. Pero no lo hacen, prefiriendo así seguir solas. Los hombres en cambio y de acuerdo a este esquema, estarían en condiciones de exigir más. Pero creo firmemente que tampoco lo hacen, llevándose en cambio a la cama cualquier cosa que camine; y como dice la canción “si es mujer mejor”.
.
Entonces, ¿es por esta escasez de hombres que las parejas duran lo que un lirio? Ellas, porque al haber poco para elegir es muy difícil que encuentren un modelo que se adapte a sus necesidades. Y ellos, porque al haber tanta oferta, se ven tentados a probar la mayor cantidad posible.
.
¡Qué problema!
.
Busquemos entonces queridos SERRUCHEROS entre todos alguna solución a este entuerto.
.
Escucho propuestas.