"Hola... mi nombre es María Verónica y estoy en segundo grado. Soy
rubia, bajita y tengo los ojos celestes como mi papá. Mi pelo es bien lacio
igual al de mami, pero ahora estoy toda despeinada porque hubo mucho viento.
Por suerte ahora ya no hay. En mi casa somos un montón. Mi papá, que se llama
Carlos. Mi mamá Beatriz, ella es peluquera. Después está mi hermano Víctor que
ya es grande porque ayer cumplió catorce. Me parece que tiene novia porque el
otro día lo vi conversando en la placita con una chica de su clase. Mi abuela
Elvira ahora también vive con nosotros porque está un poquito enferma y no
tiene quien la cuide. Ella tenía un esposo que era mi abuelo, pero yo no lo
conocí porque se fue para el cielo, antes de que yo naciera. Dice mi papi que
tenía pocitos en los cachetes como yo. ¡Ah si, yo vi una foto revieja y tenía
pocitos, ahora me acuerdo! Ah... y también está Toby, mi perrito. Es rengo
porque cuando era chiquito lo pisó un auto, pero yo lo quiero igual. Mi mamá
dice que eso le pasó por no mirar para los dos lados para cruzar la calle.
¿Verdad mami que vos decís eso? Y mi papá también me lo dice. Yo quiero mucho a
toda mi familia. En la escuela me porto bien y tengo buenas notas. Ayer me
saqué un muy bien en Ciencias. Mi hermano va al liceo y me acompaña a la
escuela porque queda para el mismo lado. El me cuida mucho. Yo lo quiero un
montón. Pero ahora no sé donde está. ¡Ah... ahí está, con mami y papi! ¡Jaa, me
parece que lo retaron porque está llorando! Y qué mas... ah, en la escuela
tengo muchos compañeritos. Mi maestra se llama Laura y es muy buena. Hoy faltó
y no tuvimos clase. No se qué le habrá pasado. Enferma no creo que esté porque
el día está muy lindo. Hay un sol grandote. No hace frío ni calor. Y ya no hay
nada de viento. Estoy muy contenta. ¡Mirá, mirá... ahí vienen mamá, papá y la abuela!
Ah... y mi hermano también. Pero, qué elegantes que están. ¿Habrá alguna fiesta
y no me dijeron nada? ¡Papi..., mami...! ¿A dónde van? ¡Víctor...! ¿Por qué te
pusiste ese traje? ¿Vas a salir con tu novia? ¡Tiene novia… tiene novia...!
Pero... ¿por qué tienen lágrimas? ¿Están llorando? ¿Y qué es esa caja tan
grandota? Pero no llores mami, si a mí ya no me duele lo del ómnibus. El día
está tan lindo. Hola abuelito... ¿cómo estás? ¿Me llevas a pasear con vos?”
La vida de María Verónica se extinguió a los seis años por causa de un accidente automovilístico cuando iba camino a la escuela.
Buenísimo Hernán. Te doy la más cálida bienvenida al frío éter. Por fin te decidiste a dar este paso y mostrarle a todo el mundo lo bien que se te da eso de jugar con las palabras. Un abrazo y adelante.
ResponderBorrarQue te puedo decir... me dejaste el mismo nudo en la garganta de cuando lo leí por primera vez... las palabras son lo tuyo para que se manifiesten las emociones estamos nosotros... gracias. Sivia
ResponderBorrar