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martes, 1 de diciembre de 2009

JOSÉ MUJICA: UN PRESIDENTE DE A PIE

De Hernán Barrios


Como todo el mundo sabe, el domingo próximo pasado el pueblo Uruguayo, en un acto eleccionario de ribetes ejemplares, ha elegido a su presidente Nº 40. Pero como considero que no corresponde a este humilde espacio desarrollar tal noticia, ya que la misma ya ha sido largamente difundida por los más importantes medios de comunicación del mundo, me gustaría referirme un poco, y cómodamente parapetado en la plataforma de subjetividad que este tipo de espacio otorga, a las características particulares de la persona que ha sido designada para dicho cargo.


JOSE "PEPE" MUJICA


EL HOMBRE, VIDA Y OBRA

Mujica, nació en 1934 en un hogar de modestos chacareros de la zona periférica de Montevideo. Comenzó su militancia de adolescente, en el movimiento estudiantil de izquierda. Interrumpió sus estudios sin terminar el ciclo de enseñanza secundaria y en las primeras elecciones que vota lo hace por el Partido Socialista. Poco después acompaña activamente la formación de un "ala progresista" del tradicional y entonces gobernante Partido Nacional.

A mediados de los 60 Mujica abandona el Partido Nacional y toma una determinación radical de la que no se arrepiente: ingresa al incipiente Movimiento de Liberación Nacional (MLN), Tupamaros.

En esa organización Mujica participa en audaces operativos guerrilleros al tiempo que trabaja en su chacra, hasta que, requerido por la Policía, se refugia en la clandestinidad.

El actual senador prefiere no hablar de su pasado pero es sabido que fue herido de seis balazos, apresado cuatro veces y que se fugó en dos oportunidades de la cárcel de Punta Carretas. En total Mujica pasó casi 15 años de su vida en prisión. Su último período de detención duró nada menos que trece años, entre 1972 y 1985, y fue particularmente duro. El hoy senador fue uno de los dirigentes tupamaros que la dictadura cívico militar que se instaló en Uruguay en junio de 1973 tomó como "rehenes": serían ejecutados en caso de que su organización retomara las acciones armadas. En esa condición, pautada por un aislamiento absoluto y condiciones de detención infrahumanas, Mujica permaneció durante once años.
Acerca de este tiempo, él cuenta:

"Formaba parte del grupo "los rehenes" que nos rotaban por las unidades militares y en una de ellas estuvimos cerca de dos años en un pozo subterráneo, sin movilidad. Aislados del mundo y de nuestros afectos. El síntoma más evidente de vida era siete ranitas a las cuales las alimentaba con miguitas de pan. ¿Sabés que las hormigas gritan? Lo descubrí al ponerlas en el oído para entretenerme. Y, por qué no admitirlo, ciertos gestos solidarios de algunos soldados tocados ante la siniestra represión que se animaban a intercambiar un par de palabras o darnos una manzana, un huevo. Tuve siete años sin leer nada, salvo unos pedazos de diarios.
En el interín para comunicarnos apelamos al Morse. También con voces, estornudos, nos pasábamos señales de vida. El sueño nuestro cuando nos sacaban al baño era encontrar en vez de papel higiénico pedazos de diarios viejos para saber que pasaba afuera. El "Ñato" Fernández Huidobro les hacía dibujo de los jugadores de fútbol famosos y se los canjeaba a los guardias por yerba o tabaco; otros le escribían cartas de amor para las novias de los soldados. Formas de sobrevivencia... En los primeros tiempos durante meses estuvimos con las manos atadas en la espalda con alambres. Para nosotros el sol fue saliendo de poquito y la primera vez, lo sentí hasta las lágrimas
."
Cuando el Uruguay recobra su institucionalidad, en 1985, y a pocos días de salir en libertad Mujica, en nombre del MLN, adelanta en un acto público pautas de lo que será su conducta política –y la de su organización– en el futuro:
"No tenemos línea. No podemos tenerla porque nuestros cerebros están ignorantes: muchos años sin nada. No venimos a llorar nuestros dolores ni nuestras penas (...) El puñado de viejos tupamaros que va quedando tiene claro que apenas es un palito que debe funcionar para que la colmena se aglomere en rededor". Pero advierte que "lo esencial no es el palito sino la colmena". La lucha armada ya era cosa del pasado. El camino institucional, sostiene Mujica, era el único que podía tomar su organización, ya que de lo contrario los ex guerrilleros debían "sentarse en el cordón de la vereda a tirar piedras a los que pasan".

Tras algunos años de la apertura democrática crea junto con otros referentes del MLN el Movimiento de liberación popular (M.P.P.), dentro del Frente Amplio, que en las elecciones de 2004, obtuvo cerca de 300 mil votos, siendo la fuerza más votada dentro del actual partido de gobierno.
Cómo se define él:

"El Pepe Mujica es un veterano, un viejo que tiene unos cuantos años de cárcel, de tiros en el lomo, un tipo que se ha equivocado mucho, como su generación, medio terco, porfiado, y que trata hasta donde puede de ser coherente con lo que piensa, todos los días del año y todos los años de la vida. Y que se siente muy feliz, entre otras razones, por contribuir a representar humildemente a quienes no están, y deberían estar. Por ellos, estamos nosotros y están ustedes con la revista, entre tanta gente que no ha arriado las banderas. Yo discrepo con Bertolt Brecht porque no hay hombres imprescindibles, sino causas imprescindibles, caminos imprescindibles. La historia es una construcción tremendamente colectiva. Y en eso andamos, cada cual aporta su granito. Quienes no cultivan la memoria, no desafían al poder. Es una herramienta más para construir el futuro, que pese a quien le pese es nuestro, porque no nos pudieron derrotar."

"Y fuimos creciendo y equivocándonos mucho, cometiendo errores, cayendo mil veces, volviéndonos a levantar porque el progreso humano es posible. Solo que el progreso humano cuesta esfuerzo humano."

"Somos el pueblo más envejecido en América Latina, atención el pueblo más envejecido de América Latina, tenemos la tasa de natalidad más pobre de América Latina... Quien se va a hacer cargo de los viejos si los jóvenes permanecen arruinados? Cual es el destino que tiene nuestra sociedad y nuestro país? No hay otra respuesta que invertir en la cabeza de nuestros muchachos una fortuna, porque ese es el instrumento para un aumento posible de la productividad media"

"Porque ha llegado la hora de construir (la unidad latinoamericana), como soñaban los viejos libertadores y va a costar mucho, porque los gobiernos somos repugnantes; y tenemos nuestro espíritu de cuadro chico y pequeño, y nacionalista; y no me gusta aquel porque tiene el ojo torcido y este por lo otro, si es así, es así. Pero es lo que hay valor, son pedazos de nosotros mismos." "Porque al mismo tiempo y acá hay gente trabajadora, si permanecemos desunidos, vamos contra la especie humana. En china ya están trabajando 11 horas por día, y te dan libre el día que les viene bien a la patronal. Hay uruguayos que hace poco anduvieron en una fabrica, en una de las fabricas más grande de la India visitando, y salieron como disparando, los capataces usan palos de béisbol; si ese es el futuro de la clase obrera, que se vayan, por favor. Hablar de competencia y de globalización con trabajadores que tienen que vivir en esas condiciones, es retroceso de la especie humana”.

"Finalmente la vida es una escalera infinita, pertenezco a una generación de viejos luchadores que alguna vez quiso cambiar el mundo en el que vivía. Tuvimos que aprender y sufrir con muchas derrotas. No tengo cuentas para cobrarle a nadie, no tengo deudas. No seré parte de un gobierno que cultive el odio, nunca. Podré cultivar la pasión, la pasión hasta en los errores pero no siembro odio, no debo de sembrar odio, en una pequeña nación que necesita por encima de todas las cosas un horizonte en común… No uso corbata y me gusta la campera, pero no desprecio a los que les gusta el traje y la corbata. Pertenezco al mundo de los de abajo, pertenezco en cuerpo y alma al mundo de los de abajo, porque soy sencillo… No preciso mucho para ser feliz más bien lo contrario podría decir que mucho equipaje no me gusta porque me complica la vida… el máximo de libertad humana que hay en este planeta es que cada cual sin joder al otro viva en su real saber y entender, prefiero morir livianito de equipaje para ese largo viaje que no tiene retorno. ... Derrotado, esto se lo digo a los jóvenes, derrotado son los que bajan los brazos y dejan de luchar, el que lucha nunca es derrotado... pero si hay un grupo de paisanas y paisanos, y de amigos que luego de un entierro, que algún día habrá, levantan la bandera y compromete su vida, en una lucha eterna por el progreso humano, todas las derrotas estarán compensadas. Por eso compatriotas, por eso frenteamplistas, la vida es generosa, es hermosa a pesar de sus abdicaciones, de sus traición, de nuestras humanas derrotas, de los dolores que nos tocan por allí y por allá."

UN POCO DE MATERIAL DE VIDEO








REFLEXIÓN FINAL

Bueno, como podemos ver, el hombre que la ciudadanía ha designado para marcar, junto con otros, los lineamientos generales del país en los próximos cinco años, es, como lo dice el título de este artículo, un hombre de a pie. Es más, me animaría a sentenciar sin temor a equivocarme, que es el más de a pie de todos los presidentes que ha tenido el Uruguay.

Pero, ¿qué quiero decir con esto de hombre de a pie? Pues nada más y nada menos, que es la persona más parecida y consonante con el ciudadano común, silvestre y ordinario (entendiendo por ordinario, algo que está dentro de los parámetros medios de la normalidad), que ha tenido el país en su máximo cargo público. No quiero que se entienda como que estoy haciendo referencia a esta particularidad de Mujica como una virtud, sino que menciono esta característica simplemente, porque considero que es la que mejor refleja su forma de ser y sentir, y por ende de actuar. Además, creo que es justamente esta característica, junto con otras, la que ha llevado al pueblo a darle su voto de confianza en los pasados comicios.

Aparentemente, la mayor parte de la ciudadanía ha querido que sea alguien igual a ella, la persona que se encargue de resolver los problemas del país, imagino que por suponer que esta condición le dará mayor sensibilidad a la hora de ponerse en su piel. Pero como contrapartida, es justamente este particular y folclórico modo de ser, el que genera resquemores y hasta desprecio, entre sus detractores. No son pocas las voces que se levantan a coro diciendo que no es posible tener un presidente con la vestimenta y el peinado compitiendo por ver cual de los dos está más desalineado; o hablando en un lenguaje para nada académico; o apartándose lo más posible de los protocolos. Tanto es así, que hasta su contrincante político directo en las pasadas elecciones, ha hecho referencia a la casa de Mujica en declaraciones a la prensa, tildándola de “sucucho” (aclaro para los lectores de fuera de fronteras, que este vocablo se usa en nuestro país en forma despectiva para hacer referencia a una casa de bajo costo, rotosa y de condición humilde).

En definitiva, parece ser que para este sector de la población es más importante el envase que el contenido. Está tan inoculada en nuestras venas la imagen del presidente de saco y corbata, que llegamos al extremo de priorizar eso, antes que a la persona que hay debajo.

Es bien cierto que en la sociedad actual, la imagen es importante. Yo diría, asquerosamente importante. Y cómo no va a ser así, si esta importancia de la imagen es lejos, unos de los negocios más redituables del mundo. Cosmética, productos para el cabello, tintas, pinturas, moda, y la más mortal de todas, dietas. El gigante y abominable aparato de la estética nos ha hecho creer que si alguien no es lindo, flaco, joven y está bien vestido, no está apto para triunfar en el mundo real. Todos sabemos esto, aunque es tanto el poder que las campañas publicitarias ejercen sobre la mayoría de nosotros, que no somos capaces de liberarnos de este estado de semi-hipnosis, en el que pasamos la vida.

Pero a lo que iba en un principio, es a darles la noticia de que José Mujica pertenece al selecto grupo de personas que no ha podido ser hipnotizado por el aparato antes mencionado. La maquinaria comunicacional que tritura mentes y abre billeteras con brutal maestría, no ha sido capaz de transformar un ápice, los firmes valores sociales y humanos de esta persona. Los largos brazos del aparato capitalista que reina en el mundo y a todos nos obliga y oprime, se han cansado de tocarle a la puerta de su viejo televisor sin señal de cable, o de su destartalada radio Spica que solo capta AM, sin obtener de él, el más mínimo rédito económico. ¿Eso lo hace menos, querido lectores? Yo diría que lo hace más, mucho más.

En definitiva, la cosa es que a partir de marzo del año próximo, nuestro hermoso país estará dirigido por una persona que ha demostrado en lo cotidiano su honestidad y sinceridad. Una persona con una experiencia de vida larga e intensa, que a muchos nos queda grande. Una persona cuya principal preocupación podemos estar seguros siempre van a ser las personas más rezagadas en la escala social. Una persona a la cual no le interesa en lo absoluto su bienestar económico. Una persona que disfruta de sobremanera de las pequeñas grandes cosas de la vida, esa de las cuales muchos nos llenamos la boca hablando, y casi ninguno ni nosotros siquiera conocemos. Una persona con una sensibilidad y un compromiso social tan importante, que lo llevó a sacrificar gran parte de su vida y juventud. Una persona que quizás por su edad, y a pesar de haber tenido que soportar los más horrendos vejámenes en los años de reclusión, expresa cada vez que tiene oportunidad, que no guarda rencor hacia nadie. Una persona con una visión macro de la sociedad y de la humanidad toda, que lo hace muchas veces ser incomprendido por el resto de los mortales. Una persona con la enorme humildad que tienen los que saben mucho, de reconocer que sabe muy poco, y que por ende es prioridad fundamental rodearse de gente especializada en cada uno de los temas a resolver.

Yo tengo la seguridad estimados amigos, de que a nuestro querido país le esperan cinco años de crecimiento y mejora en todos los aspectos. Pero en el caso de que no sea así, estaré tranquilo de que este fracaso no será consecuencia de malas intenciones, sino en todo caso de malas decisiones, tomadas con la mejor intención. Y esto, desde mi punto de vista, es mucho más “tolerable” y/o “perdonable, que lo que ha sucedido en este país durante muchos años.

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