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miércoles, 30 de mayo de 2012

CORREO URGENTE A MI CORAZÓN

Por Hernán Barrios

La pulseada entre la razón y la emoción es una partida que en mi caso, siempre ha estado inclinada hacia el lado de la primera. Y lo digo con vergüenza, porque me gustaría que no fuera así. Me encantaría poder dejarme llevar por las emociones y que todo lo demás me importara un comino. ¡Cómo me gustaría! Y no lo es por varios motivos, pero principalmente por culpa de un enemigo íntimo que me acompaña desde mi más tierna infancia, "el miedo”.

Hay circunstancias especiales en que esta lucha se hace más visible, más tangible, más carnal, y estos miedos se manifiestan en forma de poema.






Escribe mi mano este correo urgente
que de puño y letra dicta mi emoción;
buscando respuestas fuera de mi mente,
al mar de preguntas de mi corazón.

Ayer fue la dicha de unirte a mi vuelo,
hoy la triste calma de la soledad.
En el medio trozos de tierra y de cielo;
¿dónde se ha escondido la felicidad?

Sin querer perderte no quiero encontrarte.
Por querer quererte ya no sé quién soy.
Me guiñó la vida un ojo al buscarte;
me gruñó la muerte y no sé a donde voy.

Decime corazón no tengas miedo, ¿existe realmente el amor de verdad?
No agrandes la ilusión no más del suelo, va a estrellarse al fin mi felicidad.
Me basta una certeza aunque no sea cierta; me sobra un mal motivo para continuar.
Mandame una ilusión que golpee a mi puerta, te prometo hermano que la dejo entrar.

Reclamo certezas de donde agarrarme,
o acaso una pista para investigar.
El amor eterno, ¿existe realmente?
¿O trae siempre fecha de caducidad?

¿Dónde están los sueños, dónde están las ganas,
o esas noches locas casi sin dormir?
Y esa fantasía de atarte a mi cama,
¿cómo es que se ha ido antes de venir?

Un amor pensado no es amor, me dicen;
en los sentimientos no entra la razón.
De este amor gastado quedan cicatrices,
que rajan las venas de mi corazón.

Contame por favor no des más vueltas, ya no tengo tiempo para tropezar.
Tirame dos verdades no importa que mientas; necesito luz para caminar.
A vos te estoy hablando corazón necio, sé bien que me escuchas dame una señal.
Negarme esta ayuda va a tener un precio; puedo ser verdugo de tu palpitar.


Hernán Barrios
Montevideo, 30 de mayo de 2012.


martes, 15 de mayo de 2012

OBJETIVO MUJER

Por Hernán Barrios

MANUAL BÁSICO DEL CONQUISTADOR EXITOSO
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INTRODUCCIÓN –(Mmm…quise decir PRÓLOGO)
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Conquistar una mujer no es para la mayoría de nosotros, tarea sencilla. La mujer –sobre todo la que nos gusta-, siempre parece estar llena de misteriosos vericuetos e intrincados pasadizos, que la hacen estar situada en un lugar al que se nos hace complicado acceder. Pero la buena noticia estimados colegas, es que todo esto es falso. Es mentira. Esa mujer en particular por la que tenemos un especial interés no tiene misterios, o al menos no más misterios que el resto de sus congéneres. Son solo ilusiones y espejismos hijos de nuestros miedos y sobrinos de nuestras propias falencias e inseguridades, nada más. Esa mujer especial será tan especial como interesados estemos en ella. A este fenómeno lo llamo EEE (efecto de especialidad por enamoramiento). Es un sistema perfecto de retroalimentación sentimental; cuando más interesados estamos más especial es ella, por lo tanto más lejos la vemos, y al final del proceso más enamorados estaremos. Y así sigue hasta que sucede una de dos cosas: o se aleja tanto que al final la perdemos de vista y poco a poco disminuye nuestro interés; o la conquistamos, la bajamos del pedestal, acortamos la distancia lo suficiente como para ver que tal magia no existía, y poco a poco … uy, ¡qué coincidencia!
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Bueno, pero en definitiva estimados amigos, lo importante de todo esto es darnos cuenta con la racionalidad propia de nuestro género, que todo aquello que nos hace temblar las piernas a la hora de avanzar en pos de un objetivo mujeril, no es más que un espejismo. La verdad de la milanesa es que frente a nosotros hay una mujer tan de carne y hueso como nosotros mismos, todo lo demás es cuento. Asumido esto estamos en condiciones de introducirnos de lleno en el maravilloso mundo de la conquista.
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Este manual está dedicado básicamente a adolescentes y jóvenes especímenes del sexo masculino, y tiene como único objetivo allanarles el camino al éxito. ¿Por qué tienen ellos que tropezar con las mismas piedras que tropezamos nosotros en nuestra juventud, si podemos hacer algo para quitarlas? O si no podemos quitarlas al menos ponerlos en aviso de su ubicación, y darles una idea de cómo esquivarlas. Os aseguro estimados pichones de hombres que de seguir al pie de la letra con empeño y dedicación todas y cada una de las reglas y consejos que en este manual se expresan, ninguna batalla será imposible de ganar. Y más importante aún, todas serán merecedoras de ser peleadas.
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Dicho esto, a por ellas.
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Ø REGLA DE ORO
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TODA MUJER ES PASCIBLE DE SER CONQUISTADA
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Sin importar la edad, el estrato social, el nivel cultural, el color de su piel, o incluso su estado civil, cualquier mujer puede, de una u otra manera, ser conquistada. Es más, toda mujer desea ser conquistada aún cuando muchas veces no lo admita, o incluso quizás hasta no lo sepa. Hay que desterrar de una vez y para siempre de nuestra creencia popular la idea de que el lindo conquista a la linda, el feo a la fea, y el rico a cualquiera de las dos. Quizás sea cierto que se ve bastante este modelo de pareja, pero es porque se da naturalmente y no porque haya existido deliberada conquista. Lo cierto es que si se lo propone, el feo puede perfectamente conquistar a la linda, el pobre a la rica y a la linda (incluso al mismo tiempo), y tanto el rico como el lindo se puede quedar con las manos vacías.
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Ø FACTOR SORPRESA
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El arma más potente y efectiva con que cuenta el hombre para conquistar a una dama, es el factor sorpresa. Sorprender a una mujer –de buena manera-, es tener la mitad de la batalla ganada. La efectividad de esta forma de abordaje se basa fundamentalmente en el sencillo hecho de que de esta manera encontramos a la dama con su sistema natural de defensa inactivo. Si trazamos un paralelismo con un ataque aéreo podríamos decir que se trata de romper las líneas enemigas volando por debajo del radar. La manera de sorprender no es lo más trascendente para esta primera entrega del manual, pero adelantaremos que puede ir desde una frase hasta un obsequio; desde una propuesta hasta una mirada, e incluso quizás hasta una simple sonrisa. El punto es colocar algo en el esquema vital de la dama, donde ella no esperaba encontrar nada. En lo posible, algo que a ella le guste, o al menos que llame su atención.
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Ø INTERESANTE Y/O SIMPÁTICO
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Una vez que se ha roto esa primera barrera, aún nos queda la segunda mitad de la batalla por transitar. Para esto las opciones de avanzar sin problemas por el restante 50% se reducen a dos: mostrarte simpático o interesante; o ambas claro está, pero esto último ya implica tener que estar atento a más factores, lo que podría llevarte a cometer algún error fatal que no tuviera solución, sobre todo cuando en realidad no eres ni interesante ni simpático.
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Aclaración.
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Simpático no quiere decir que empieces a contarle chistes y a hacer morisquetas para que se ría. Me refiero a tener buena onda, buena disposición a la sonrisa, y meter bocadillos chistosos solo cuando la ocasión lo amerite.
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Interesante hace referencia a no abrirte ante ella de primera como un libro de una sola página, dando lugar a que pueda leerte completo en pocos minutos. Trata siempre de ocultar más que mostrar y de ser vos el que pregunte; remitirte a contestar puntualmente lo que quiera saber y no extenderte demasiado en detalles, dejando siempre espacio para que ella suponga e imagine parte de la respuesta. En definitiva hacer todo lo que esté a tu alcance para activar en ella uno de los puntos flacos que comparte con ese lindo animalito que es el gato, la curiosidad.
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Ø VOZ FIRME, PALABRAS CLARAS, MIRADA SEGURA Y SONRISA AMISTOSA
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Estos cuatro factores son absolutamente determinantes a la hora de encarar a una chica que no conocemos en un lugar neutral, como por ejemplo un boliche.
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Sonrisa amistosa
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Nada de cara larga y seria. Tampoco carcajadas a boca de jarro. Siempre que te acerques a una dama para tratar de iniciar una conversación, lleva como estandarte y carta de presentación una sonrisa. Esto te mostrará ante ella más confiable y amistoso y no te verá como un potencial peligro.
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Mirada segura
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No importa si tienes ojos verdes, azules, marrones, negros o rosados. Lo importante es la mirada. Nunca le dirijas la palabra a una chica mirando a la lejanía por sobre su hombro, o lo que es peor, mirando para el costado. Tus ojos siempre tienen que estar en contacto con los de ella. Tu mirada no tiene que ser ni suplicante ni violatoria; una mirada directa y segura está bien. El tema de las miradas es uno de los más importantes en todo proceso conquistatorio, incluso la de ella, ya que es una de las maneras que tenemos los hombres de ir testeando el grado de efectividad que está surtiendo nuestro proceso de conquista. Pero éste será tema de otro capítulo.
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Palabras claras y voz firme
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Nada de tartamudeos y susurros. Tienes que dirigirte a ella en un tono seguro, con palabras claras y bien articuladas. Esto hará que te oiga como un tipo confiado, bien plantado y seguro de si mismo, lo que sin duda es un punto por demás importante a tu favor, y que además está muy bien valorado entre la comunidad femenina.
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Ø CCC -(CONTACTO CORPORAL CASUAL)
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Una vez que los pasos previos han sido cumplidos, se supone que ya estás en la etapa en la que la chica está más relajada y hablando contigo en forma fluida, casi como si te conociera desde hace tiempo. Bueno, éste es el momento en el que se puede comenzar a ensayar –estando muy atento a los signos que del otro lado vaya dando la dama-, el CCC o contacto corporal casual. Esto no es otra cosa que agregar a la comunicación verbal y a la gestual que ya estamos aplicando, la comunicación táctil. Se trata de ir acompañando el discurso con breves, sutiles y esporádicos contactos corporales, que inyectarán una pequeña dosis de sexualidad a la recién iniciada relación. Los clásicos en este punto son: hablar sobre sus manos o de sus anillos con el fin de entrar en contacto con una de sus ellas; lo mismo con sus caravanas y sus orejas, etc.
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Atención.
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No todas las mujeres responden de la misma manera al CCC, por lo que hay que estar especialmente atentos a sus reacciones. En caso de que notemos el más mínimo síntoma de incomodidad de su parte, se recomienda suspender –o al menos posponer- dicha actividad.
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Ø SER CABALLERO
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Aunque muchas mujeres –sobre todo las más jóvenes- lo nieguen, por un tema de falso feminismo, la caballerosidad del hombre siempre gusta a la mujer. En contra de lo que se cree y no importando su edad, desde los 15 a los 120 años, la mujer siempre se sentirá atraída por la caballerosidad y la galantería medida. Esto se debe a que ésta actitud del hombre toca directamente puntos que nos remontan sin saberlo, a los estratos más instintivos de nuestra condición humana, pero sobre todo marca diferencias primitivas de género. En palabras homosapientísticas sería más o menos así: hombre macho protector de la hembra y su descendencia, y hembra que se siente a salvo y protegida por el macho.
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Nota
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Sé que esto va a disparar críticas y emociones encontradas en las queridas lectoras de EL SERRUCHO, pero bueno, lo digo porque creo firmemente que es así.
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En los tiempos que corren, la galantería hace referencia a pequeños detalles que hagan que ella te perciba como un tipo correcto y por qué no, que te diferencie de la mayoría de los hombres que haya conocido. En un boliche basta con invitarla un trago o tomarla de la mano para cruzar la pista (ya de paso avanzamos en el CCC). Fuera de él, factores importantes pueden ser abrirle la puerta del coche, prestarle tu abrigo si tiene frío (aunque vos estés al límite de la hipotermia), o abrir la puerta y permitir que ingrese primero a la habitación del hotel, aunque aquí ya me adelanté mucho en la película.
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Amigos, como sé que las lecturas en el monitor se hacen bastante más áridas que en el papel, voy a terminar por acá este primer artículo sobre cómo conquistar a una dama. Han quedado sentados algunos lineamientos generales de cómo tiene que plantarse el hombre frente a la mujer en un primer encuentro casual. En una próxima publicación seguiremos desmenuzando poco a poco este maravilloso y atrapante mundo de la conquista.
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viernes, 11 de mayo de 2012

YO TUVE UN PERRO QUE...

Por Hernán Barrios


Yo tuve un perro que no fue perro, sino ilusión. Hijo de las ganas y nieto del deseo, llegó a mi vida cuando el mundo era una inmensa fantasía y mi padre era poderoso y eterno. Palpitamos juntos sobre una cama angosta y enclenque las mágicas hazañas del día siguiente, y también juntos temblamos esas noches de tormenta que el zinc, cobarde y traicionero, nos tiró encima. Flotamos sobre el bao de la siesta, cuando las chicharras del verano aturdían invisibles y los toritos unicornios se enfrentaban a muerte, sobre el balasto del patio. Fuimos valientes cazadores esas nochecitas de verano en que el terreno lindero era invadido por diminutas y esquivas naves espaciales, que en intermitente vuelo pretendían destruirnos. Fuimos todo y fuimos nada.

Mi perro fue tan real como un deseo y tan mágico como un sueño. Y un día, junto con mi niñez, se marchó en silencio. Yo tuve un perro que no fue perro, sino ilusión.

viernes, 4 de mayo de 2012

PABLO

Por Hernán Barrios


Los hay por miles, pero el que más me gusta es el testimonio de mi bisabuelo Pablo, quién llegó de Europa a los treinta y tuvo diecinueve hijos por estos pagos. “Mi cuerpo se subió al barco pero mi alma se quedó en puerto, saludando”, solía decir haciendo referencia al momento de su partida de Italia, sesenta años antes. La frágil sonrisa que casi por costumbre acompañaba esta frase, inexorablemente se ahogaba en la triste humedad que inundaba siempre sus cansados ojos. Nunca pudo volver. Dicen que las últimas palabras que susurró a la abuela en su lecho de muerte, cuando noventa y tres inviernos ya le habían desgastado el cuerpo, fueron “no estés triste viejita, voy a estar bien; hoy parto a encontrarme con mi alma”. Y esa tarde se marchó, para siempre.