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jueves, 22 de noviembre de 2007

ESOS SON LOS AMIGOS




Hay historias que se mantienen dentro de un círculo cerrado. Esta, ha estado durante mucho tiempo guardada en mi casilla de correos. Pero como el tiempo despersonaliza los hechos y universaliza las anécdotas, he decidido compartirla con todos ustedes. Era junio del año 2004, y ésto pasaba en mi vida.





Y resulta que este fin de semana que pasó, fui para Trinidad y lo pasé muy bien. Pero me gustaría contarles la historia con un poco más de detalles.



Ya tenía planificado este viaje desde el otro fin de semana, ya que el martes pasado operaron a mi madre y no había podido estar. O sea que la decisión de viajar ya estaba tomada. Solo faltaba ajustar en qué medio de transporte iba a realizar dicho viaje. En un primer momento, pensé ver si podía repetir la hazaña del mes pasado, ocasión en la cual me fui a dedo, como se dice vulgarmente. Y por qué no, romper el record que ostento desde entonces de tan solo 3 minutos parado en el puente Santa Lucía. Fue ése el tiempo que tardé en que alguien me levantara. Y eso que mis contornos cárnico-faciales me hacen distar mucho de parecerme a una mina, fea aunque mas no sea. Mi hipótesis indica que la velocidad del levante está en relación directa con el grado de positividad que se posea en ese momento, y en relación inversa con la ansiedad que se tenga por llegar a destino. Pero la semana pintaba casi que fresca por demás como para pararse en la ruta a las 8 de la mañana, por lo que había descartado tal posibilidad. No me iba a quedar otra que irme en ómnibus. Hasta que recibí a mitad de semana un llamado telefónico que me abrió el abanico y agregó otra posibilidad al espectro. Cuando no, era la voz cálida y oscura voz de mi no menos oscuro amigo Antonio desde su teléfono móvil, participándome de la noticia de que viajaba a Trinidad en su nave, el mismo fin de semana que yo, y ofreciéndose a prácticamente tele-transportarme instantáneamente a destino. Yo pensé, " si Agencia Central tarda 2 hs 30mins., Antoñito en su auto no puede demorar más de 1 hs 20 mins., por lo que rápidamente acepté la invitación. No fue sino hasta la próxima charla telefónica que se produjo 24 hs. después, que condicionó la ida a la eventualidad de que el automóvil en cuestión se decidiera a arrancar, ya que hacía un tiempito que se encontraba en estado inerte estacionado frente a la morada de su propietario. Siendo yo conocedor de los avanzados conocimientos de mecánica y electrónica con que cuenta mi amigo, no dudé ni por un momento que el encendido de la máquina infernal sería solo cuestión de minutos, por lo que me quedé absolutamente tranquilo. Igualmente, él me iba a dar el ok final más contra el fin de semana. Y era miércoles. Además, El Vólido, como solía llamarlo yo cariñosamente, era de por sí arrancador como pocos. Los contados, esporádicos y minúsculos inconvenientes que pudo habernos dado en algún tiempo remoto, fueron más bien enfocados a problemas de frenaje, debido a la ferocidad y vehemencia de su motor, y no a desperfectos específicos de encendido. La cosa fue que eran las 23 hs. del viernes cuando me llama mi amigo para comunicarme que tras largas y tediosas sesiones de mecánica avanzada, no había podido concretar su loable y sublime misión de hacer arrancar la mierda esa de auto que se ha comprado. Pero la putísima madre que lo parió a la cacharra latosa, herrumbrada y descascarada de porquería esa; por qué mierda no se prenderá fuego de una vez por todas así se deja de arruinarme la vida carajo. Perdón por el exabrupto. En resumidas cuentas, el mecánico en cuestión no consiguió a pesar de su afanoso esfuerzo detectar a tiempo cual o cuales eran los motivos por los cuales el potente vehículo no conseguía comenzar la ignición, así como tampoco poner en funcionamiento todos y cada uno de los complejos y avanzados sistemas con que cuenta el moderno artefacto transportístico. Eran las 5:30 de la madrugada del sábado y el tipo iba con su bolsito rumbo a Tres Cruces.



Esos son los amigos.

1 comentario:

  1. Hola amigo, acá andamos marcando presencia. Aunque no comentemos muy seguido, mi espíritu curioso (chusma mejor dicho) hace que me de una vueltita bastante seguido por su kiosco de palabras. Me divierto mucho con los relatos, me los creo y todo. Con relación al tal Orsai que me recomendaste, ya hacía mucho tiempo que andaba husmeando por ahí, desde que vi el link en tu blog me metí sin pedir permiso. Me gustó también, te atrapa, eso sí la cosa viene muy profesional y tiene a muchísima gente enganchada a lo que dice, como nos pasa a nosotros bah. Un abrazo y adelante compañero.

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