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domingo, 6 de septiembre de 2009

COSAS DE LA CONVIVENCIA (AMIGOS/FÚTBOL)

Por Hernán Barrios

¿Te acordás hermano qué tiempos aquellos, en que vos vivías solo e invitabas a tus amigos a mirar el partido y a tomar cerveza?


Bueno, tengo que comunicarte algo; esos tiempos se terminaron. Ojo, en realidad no es que tu novia te vaya a decir directamente que no quiere a tus “amigotes” gritando y haciendo relajo en su casa, pero te lo hará notar de una u otra manera.


El sábado por ejemplo, es el día que dedicamos a la limpieza profunda del hogar, ya que entre semana, al no haber tiempo suficiente, solo se lo repasa. Entonces, donde te caiga partido el sábado, cagaste. Arrancá para la pizería directo. Porque donde le llegués a decir a tu novia que el sábado vienen los muchachos a mirar el partido, vas a tener un cordial diálogo con ella, algo parecido a éste:



NOVIO_ Amor, sabés que el sábado había pensado en decirle a los muchachos que se vinieran a mirar el partido de Uruguay.


NOVIA_ ¡El sábado! ¿Y a qué hora?


NOVIO_ A las 3 de la tarde.


NOVIA_ Ah... ¿y quién juega?


NOVIO_ Uruguay y Perú, por las eliminatorias para el Mundial.


NOVIA_ ¡Qué interesante! (con segunda). ¿Y justo el sábado?


NOVIO_ Viste, justo. (medio calentito por la segunda).


NOVIA_ Lo que pasa que yo el sábado de tarde pensaba encerar el piso.


NOVIO_ A bueno. Si querés llamo a la FIFA y les pregunto si no lo pueden correr para el domingo, así limpiás tranquila.


NOVIA_ ¡No me tomés el pelo! Yo te estoy hablando bien.


NOVIO_ Yo también te estoy hablando bien, pero mirá las cosas que me decís.


Y la charla continúa por carriles cada vez menos cordiales, y vaya uno a saber a dónde puede terminar.



Entonces los hombres, ante este problemita que se repite y se repite cada vez que hay partido, tenemos dos opciones posibles.


1) Invitamos igual a los muchachos, sabiendo que en el momento del partido ella va a andar rondando sin disimular en absoluto su cara de culo, haciendo sentir mal a los invitados, e influyendo negativamente en el clima festivo del evento.


2) Nos juntamos todos en la pizería de la esquina y santo remedio.


Bueno, en caso de que el partido no sea el sábado sino el domingo, el problema no va a ser que tiene que encerar, sino que está recién encerado. Y la historia es más o menos parecida. Las mujeres no pueden entender que la gracia de mirar un partido con amigos, no está solo en el partido en si. Lo lindo es como dije antes, tomarnos unas cervezas, comentar las jugadas a grito pelado, comer una papitas sin tener que cuidarnos de que caigan migas en el piso, eructar sin censuras, y por supuesto festejar los goles de Uruguay *(últimamente este punto no se está cumpliendo) con gritos, saltos y abrazos. En el mugroso apartamento de solteros, cuyo piso vio cera solo el día en que nos mudamos, y eso porque nuestra santa madre vino y nos dio una mano importante en este tema, todos estos pasos se cumplían a la perfección. Pero ya en un piso recién encerado, no es lo mismo. Y mirar el partido como en misa, no tiene ni gracia.


En definitiva amigos y como lo dije al principio, si bien su novia no les prohibirá que sus amigos arriben en su nueva casa eventualmente, es altamente posible que las circunstancias no sean las ideales para que dicho acontecimiento se produzca. Menos mal que siempre alguno de los integrantes de la barra se retrasa en este tema de irse a vivir en pareja, y podemos contar con su bulo, para seguir viviendo estos encuentros futbolísticos, a pleno.



*_ Obviamente, éste post estaba escrito antes del partido de ayer entre URUGUAY y PERU, y aunque estuve tentado a hacerle algunos retoques, igual fue publicado tal cual estaba. Quiero dejar constancia de que luego de este desastrozo espectáculo ofrecido por URUGUAY anoche, al menos una mujer (la mía) ya no tendrá que preocuparse de aquí en más, por mis amigos y el piso encerado. Para mí fue suficiente: NO MÁS FÚTBOL.


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