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viernes, 25 de septiembre de 2009

LA EDAD DE LOS NOMBRES

Por Hernán Barrios

Me resulta al menos curiosa, la forma en que los nombres de las personas van cambiando junto con las generaciones. Absolutamente nada en este mundo es estático, pero mucho menos parece serlo aquello que tiene relación directa con el lenguaje, y la denominación que le damos a las cosas.


El otro día nos pusimos a hablar de nombres con Susana (una compañera de trabajo), y de una manera muy graciosa y elocuente me hizo ver cómo, en líneas generales, el nombre de una persona se corresponde bastante fielmente con su edad. De esta manera, si alguien se llama por ejemplo MARCELO, casi podemos deducir que estamos ante un hombre que seguramente anda entre los 30 y los 45 años; si tiene por nombre AGUSTÍN, es bastante probable que sea un niño de entre 5 y 12 años; pero si se llama EUCEBIO, no nos cabrá duda de que estamos ante la presencia de al menos, un octogenario.


Pero atención, porque hay una característica propia de los nombres que va en dirección opuesta al principio anterior; su ASPECTO CICLICO. No sé si es por la falta de creatividad de los padres o por alguna suerte de pereza intelectual, pero los nombres tienden a repetirse con el paso de las décadas. Así FRANCISCO, que a simple vista nos puede sonar al nombre de nuestro abuelo, bien puede ser el nombre del hijo menor de la vecina. También puede ser el caso de MÁXIMO, BAUTISTA, y muchos más.


Otro factor que afecta de manera asombrosa sobre todo a las madres, a la hora de elegir el nombre de sus hijos, es LAS NOVELAS. Es impresionante la cantidad de CONSTANZAS, ALDANAS Y CAMILAS entre otras, que salieron de las repetitivas y aburridas páginas de un culebrón.


Y después podemos también, gracias al nombre, adivinar además de la época en la que nació el sujeto, la clase social a la que pertenece. De esta manera, si me dicen MARIA PIA, colijo que estamos hablando de una persona de clase social alta. Pero si en cambio me tiran un MAICOL (escrito como suena), me atrevería a decir sin temor a equivocarme, que estamos en presencia de una persona de condición humilde.


No me parece alocado pensar que con un poco de estudio y práctica en este tema de los nombres, bien se podría montar una especie de negocio de adivinación telefónica. No puede ser tan difícil. Todo se remite a cruzar las constantes mencionadas más arriba, y ya está. Yo, con el único mérito de haber escrito estas pocas líneas, ya me siento capacitado para hacerlo.




EJEMPLO PRÁCTICO



Si me llama una persona que se llama PILAR, ya sé que hay un 90% de probabilidades de que sea una mujer joven, hija de una familia acomodada cuyo padre seguramente es diplomático o senador, que viva en Carrasco o Punta Carretas, que tenga ojos claros, cabello rubio, y que haya nacido entre enero y abril de 1979.


Si me llama RICARDO, será un hombre de entre 40 y 55 años, de tez blanca, de clase media, divorciado o en vías de serlo, que se gana la vida ejerciendo un oficio clásico de esos que se estudian en la UTU (carpintería, mecánica, etc.), y con un par de hijos de al menos 20 años.


Y así se podría hacer con todos los nombres. No es tan difícil.


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A modo de resumen de lo que en este desordenado artículo he tratado de explicar, a continuación dejo una lista de nombres, agrupados por género y época.



MUJERES:


(Más de 70) Eusebia; Magdalena; Olga; Gladys; Margarita; Rosa; María; Teresa; etc.


(Entre 50 y 70) Susana; Carmen; Angélica; Graciela; Cristina; Elizabeth; Mirtha; Estela; Raquel; Mabel; etc.


(Entre 30 y 50) Sandra; Claudia; Patricia; Adriana; Andrea; Laura; Carolina; etc.


(Entre 15 y 30) Florencia; Vanina; Analía; Soledad; Evangelina; Camila; Candelaria; etc.


(Menos de 15) Juanita; Manuela; Valentina; Mía; Uma; Pía; etc.



HOMBRES:


(Más de 70) Antonio; Modesto; Marcelino; Liberato; Ramón; José; Juan; etc.


(Entre 50 y 70) Eduardo; Ricardo; Rubén; Carlos; Hugo; Omar; Jorge; Roberto; etc.


(Entre 30 y 50) Marcelo; Fernando; Martín, Daniel; Gustavo; Álvaro; Pablo; etc.


(Entre 15 y 30) Maximiliano; Ezequiel; Gabriel; Nicolás; Martín; etc.


(Menos de 15) Nahuel; Francisco; Bautista; Clemente; Indio; Benito; etc.




1 comentario:

Diga sin miedo lo que piensa, acá no hay censura de ninguna clase. Le sugiero igual que impere el respeto, en caso contrario difícil que pase.