Suelen presentarse algunas dificultades comunicacionales bastante comunes, en el diálogo entre el cliente y el vendedor. Pero hay una de ellas, que por tonta, no deja de sorprenderme.
EJEMPLO PRÁCTICO I
CLIENTE_ Waffle Pirulo. ¿Qué sabores tenés?
VENDEDOR_ Chocolate, frutilla y dulce de leche.
CLIENTE_ ¿Vainilla no tenés?
Esteee... a ver. ¿Qué parte de los sabores que tengo no entendiste? Vos me hiciste una pregunta puntual, y yo te respondí con una respuesta puntual. No hay lugar para malas interpretaciones. ¿Por qué complicamos un diálogo sencillo y elemental?
EJEMPLO PRÁCTICO II
CLIENTE_ ¿Cuál es la pila más barata que tenés?
VENDEDOR_ Sony.
CLIENTE_ ¿Cuánto sale?
VENDEDOR_ 3 pesos cada una.
CLIENTE_ ¿Otra más barata no tenés?
Bueno, la misma reflexión del ejemplo I. Si me estás preguntando cuál es la más barata y te estoy contestando, ¿por qué razón extender el diálogo más allá de lo necesario?
Ay ay ay... seres humanos. ¡Qué invento!
jua jua jua, El Cabeza.
ResponderBorrarJa ja! No sabés cómo te entiendo. Otro ejemplo que me pasa muy a menudo:
ResponderBorrarRetardado mental: ¿Tenés tal cosa?
Vendedor: No, está agotada.
Retardado mental: ¿Y en otra sucursal no te quedó?
"Si, en la otra sucursal está lleno, pero no las trajimos porque nos enteramos de que venías para acá, rompe huevos". Jajaja
ResponderBorrarJa ja. ¡Capo! Si querés morirte de risa leete el código de conducta del buen cliente que hice para mi blog. ¡Saludos!
ResponderBorrar